La expresión “Ateo convencido” es una contradicción, la expresión “soy un creyente convencido” si que es pertinente.
Cuando se es Ateo, no tiene sentido que se añada la
expresión convencido, por que es una contradicción de términos, ya que ser ateo
significa exactamente eso, no tener convicción, se es simplemente ateo,
agnóstico, escéptico, nihilista, decir "ateo convencido" es algo así como decir soy “agua mojada”.
La gente que cree en algo, un Dios, un mas allá, el cielo o
el infierno, necesariamente han tenido que desarrollar un proceso de convicción
que le ha llevado a creer, de hecho se denominan creyentes.
Una de las grandes posibilidades que tiene ser creyente, es
acceder al privilegio de la energía que supone la “fe”, que es una forma
superior de “creer”, la que se traduce en una canalización de energía. La gente
que tiene “fe” se desenvuelve con una ventaja cuantitativa en relación al
agnóstico, de hecho las culturas que canalizan en forma ferviente la energía de
la “fe” han demostrado un poderío sustancial con respecto a fórmulas ateas y
agnósticas de funcionar, el ejemplo contemporáneo mas importante es el
desarrollo y esplendor que ha conseguido un país profundamente religioso como
es EEUU, y ese que el elemento energético adicional que se pone en funcionamiento,
que es la “fe”, se constituye como un potente mecanismo que permite alcanzar
metas.
El que Es ateo, agnóstico, escéptico, nihilista, todos
conceptos relacionados, se mueve con una especial desventaja, al no poder depositar
sus aspiraciones y propósitos en las manos de poderes superiores, que
supuestamente le abren caminos y lo sostienen en momentos de dificultad. El ateo,
agnóstico, escéptico, nihilista está sometido a la responsabilidad de sus actos
y a que sus aspiraciones descansen todas solo sobre el.
En realidad el Agn,At,Nhi,Escp solo se mueve entre dos
parámetros posibles, uno, es bajo el peso de su propio trabajo, algo que de por
si supone un desgaste extremo, o sino, puede esperar a la aparición de la
"casualidad", que es un rasgo de la realidad, de la naturaleza.
La “casualidad” tiene una característica fundamental, y es
que simplemente aparece, no tiene vocación de ser producida por cadenas causa /
efecto, por proceso de desarrollo, la casualidad pura, simplemente aparece, es
decir el componente esencial de la casualidad es ser original, entendido no
solo como novedoso, que seria una descripción muy pobre, sino como “Origen”.
En este sentido la “casualidad original” coincide con el
pensamiento de los antiguos griegos en donde situaban el fenómeno del arte, El que
lo entendían como una forma de aparición, algo que aparece de la nada, estaba
cerca del “origen” y de ahí la dimensión “original” del arte.
Para los griegos el “artista” era en realidad como un tubo
de transmisión donde pasaba a través de el, la inspiración que
provenía directamente de los dioses.
La naturaleza mas profunda de un dios griego era su cualidad
de ser original, es decir ser origen, antes de el no existía nada, y encarnaba
el resumen de algún rasgo esencial, como el amor, el poder, la guerra, el
deseo, el placer, la justicia, el tiempo, etc, pero cada uno de ellos era
“único” entendido como origen.
Cuado un griego experimentaba un suceso que expresaba estos
valores, como por ejemplo una actitud heroica en la guerra, entendían que ese
héroe había sido tocado, traspasado por Ares el dios de la guerra, y lo que había
producido en realidad era una copia del original, un reflejo del valor primero
que representaba Ares.
En el arte ocurría exactamente lo mismo, la entendían como
"aparición" de la expresión de un dios: la belleza, la justicia, el valor, la
lealtad, etc.
Este punto es muy interesante por que la figura del artista
no obedecía al sentido de “artista con aura propia” que se asignó al artista
accidental desde la época del renacimiento, entendiendo al artista como genio
único, (Leonardo Da Vinci como paradigma).
Para los griegos el artista, solo se diferenciaba del resto de
los ciudadanos, por poseer el privilegio de ser atravesado por los dioses, de
bailar a su compás (y como elemento añadido, lógicamente, tener el conocimiento
y la técnica para poder interpretar la inspiración divina), una diferencia
sustancial con la idea de artista de nuestra cultura, el “ego”, hoy característica
del artista contemporáneo, simplemente para los griegos, el ego no existía.
Acogiéndonos a este pensamiento, el Ateo el Agnóstico, el
Escéptico, el Nihilista si que tiene una oportunidad fascinante para poder
descansar de su desgraciado destino, el que le impone por su propio esfuerzo y
trabajo lograr metas y objetivos.
Estos es acceder a la segunda alternativa posible del
agnóstico (Agnóstico, ateo, nihilista,
escéptico evidentemente nos son conceptos iguales, pero los utilizo por que
pertenecen a una misma familia en relación a lo que apuntan como significado e
intento utilizarlos como sinónimos) que es la esperanza de la “casualidad”,
por que la casualidad comparte la idea de original que entendían los griegos,
es decir el Agn,Ate,Nhi,Escp tiene la
posibilidad de hacer que las cosas sencillamente aparezcan.
Luego está la pregunta y
¿como diablos puedo hacer que las cosas simplemente sucedan?. La
respuesta no la sé, pero se me ocurre que se puede echar mano de la naturaleza
del Caos, cuyo componente esencial es la paradoja, la contradicción.
Y es una contradicción y paradoja, por que aspiraríamos a
ser atravesado por un dios,
a los que el Ateo no cree.
Entonces ¿Cómo se cuece esto? ahora estaría diciendo que
tendríamos que poner en marcha justamente la cualidad de los creyentes, es
decir la “fe”.
La “fe” no solamente es una forma potente de creer, sino
implica una certeza absoluta, sin fisuras, de ahí la tranquilidad y el
equilibrio que proporciona a quienes la poseen.
Pero Agn,Ate,Nhi,Escp no cree en nada, por lo tanto en
principio es imposible que acceda al poder de la “fe”.
Lo único que se me ocurre son dos posibilidades, encontrar
ese dios no creíble dentro de nosotros mismos o sencillamente inventarte tu
propio Dios.
No nos queda mas remedio que inventarnos un Dios para
conseguir ser atravesado por el, acceder a la originalidad del “origen”, valga
la redundancia y hacer que las cosas simplemente sucedan, aparezcan.
Roberto Lopez Derpich
28-04-2014
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