La luna te invitó a dar un paseo
y te pilló cometa.
El sol se ofreció con un abrazo
e incandescente lo quemaste.
Las estrella te guiñaban
titilando
y un paraguas te ocultaba de sus
brillos cristalinos.
Centenares de asteroide te que
querían dar cosquillas
pero no sentiste nada por tu
cuerpo de agujeros.
Las hormigas con pancartas te
ofrecían compañía
las barriste con escoba por que
solo ves pelusas.
Los simios se han erguido para
verte desde lejos
…tu estabas detrás,
con sus huesos hacen música
esqueletos del desierto
…estabas durmiendo,
Una hadita perfumada coqueteaba
transparente
la espantaste con infamia pues
pensaste que era mosca.
La vocera de la tele se escapó de
la pantalla
y en catódicos susurros te
llenaba de sonrisas,
con el mando tenebroso la
cambiaste de cadena.
Florecillas amarillas hacían
fiesta en tus balcones
las borraste de un plumazo sin
haber plantado nada.
Pegatinas de tu coche las giraste
por “smile”
y a elefantes voladores les
hablaste de su peso.
Se paseaba tempranera salamandra
blanquecina
se perdió en la ruta etílica
congelándose en la sombra,
las arañas extasiadas se chutaron
con su sangre
y la hijita salamandra falleció
de amor y pena
Las agüitas triangulares fluyen
junto a las cunetas
y tropiezan con el cubo de tu
hermético plegado.
La maleta está cerrada sin saber
la cerradura
los diamantes son eternos,
pero aún dentro, en la caja,
el carbón del pleistoceno aún no
llega a ver la piedra.